Thursday, December 22, 2011

Conclusiones

Acá estoy, en los últimos días del año, un año que me ha hecho pensar, y reflexionar sobre mil cosas. Año lleno de sorpresas, de muchos errores, y de muchas lecciones.

Son ya casi 12 meses los que han pasado, y 12 meses que han logrado que el “hombre” que se encontraba debajo de la ropa sucia, del cuarto desordenado y de la billetera vacía, aparezca. 11 meses que me han enseñado que los problemas que uno tiene no son los últimos, más bien, son los primeros.

Me he independizado, sí, pero aún sigo viviendo con mi madre y mi hermana. Considero que independizarse no es simplemente el hecho de salir a la hora que quieres, vivir solo y levantarte a quien quieras(!), creo que también existe una independencia de la persona, sabiendo discernir en qué cosas deben importar más y qué cosas no tanto, saber priorizar. Obviamente que el hecho de generar mis humildes pero bien ganados ingresos colaboran mucho con esto, permiten que maneje mejor(?) mis cosas.

Es chévere pararse y decir “Mierda, no le pido plata a mis viejos hace más de 4 años”, por lo menos para mí, a mis cortos pero bien vividos y sufridos 22 años es algo como un logro, me gustaría todavía hacerlo, pero el mismo hecho de sentir que no dependo de nadie para crecer como persona, me lo impide. Para eso tengo un trabajo, al cual amo, una vocación que aún me asusta pensando en el futuro, pero que me genera la adrenalina suficiente para poder meter todo mi interés en esto y que no me importe nada. Mis padres no andan muy contentos con el tipo de vida que he elegido debido al trabajo que tengo, pero eso no me frena, simplemente me da fuerzas para demostrar que se equivocan un poco, pues no pueden criticar algo que no conocen. Mi alma está en la foto y la foto está en mi alma, un trabajo que me ha enseñado a GOLPES que se crece progresivamente, como el rock que me gusta. Que jamás puedes confiarte de tu situación y que jamás, pero JAMÁS, te debes quedar dormido.

¡He madurado!, sí, lo he hecho, y mucho, obviamente no me considero un hombre hecho y derecho, listo para manejar cualquier situación de la mejor manera, pero sí estoy en camino de eso, me siento orgulloso, y agradezco a los obstáculos que se han aparecido en mi camino, y que luego de herirme, me ayudaron a ser mejor persona. Es gracioso y un poco creepy encontrarme con personas que no veo más de un año, y que me digan: “Oe, eres otro, tienes un semblante distinto, te ves más hecho.”, no sé, te hace sonreírle un poco a la vida, sonreírle a todos los problemas afrontados, a esos llantos que valieron la pena, y a esos momentos felices que reforzaron las buenas vibras. Obviamente no todo es color Kirby(?), han habido momentos en los cuales he mandado todo a la mierda y mi mundo era mi cuarto y mi computadora, momentos en los que me alejaba de la gente que más quería y que más me querían apoyar por el hecho de estar solo y llorar sobre mi leche derramada. Felizmente me pude dar cuenta a tiempo y ahora lo único que quiero hacer es limpiarla. Han habido momentos este año en los que me he comportado como un niño, sin que nada me importe, por el simple hecho de que no me parecía “justo” que yo esté en una situación que debería afrontar de acá a 5 años, pero al que caiga el guante que se lo chante, no me ha tocado una vida muy fácil que digamos, pero siento que tengo las bolas suficientes para cargarla y aprovechar todas las oportunidades que me dé.

Este año he soñado, mucho, y eso me ha ayudado a marcarme metas, que aún borrosas, tienen todo el potencial para poder hacerse realidad, y todo depende de mí, sólo de mí. Este año también he querido, mucho, y no me arrepiento, no hay nada mejor que saber que estás dando lo mejor de ti hacia una persona, así no sea recíproco. No puedo negar que soy una persona muy cariñosa, muy noble(?) y totalmente sensible, y en verdad estoy cómodo con eso, siempre me gusta dar lo mejor de mí. También me he ilusionado, y eso me ha llevado a imaginarme situaciones erróneas.

He llorado bastante, he limpiado toda la caca que estaba dentro de mí con lágrimas. Como dice mi viejo, llorar es de hombres, un hombre llora no porque los problemas lo atormentan, un hombre llora porque demuestra que también es sensible, y es noble de alma, un hombre llora porque confía en que todos los problemas que aparecen y joden, van a ser vencidos, un hombre llora porque es valiente. Gracias, pá.

En estos momentos también tengo una razón para sonreír, muy aparte del dinero, y del trabajo, y de los amigos, y del trago(?); puede que suene un poco sin sentido, pero es alguien, que tal vez ni se de cuenta de lo que me ocasiona en estos momentos, pero lo que hace por mí ya es suficiente, prendió la chispa que le faltaba a este final del año, llenó (y llena) el pequeño vacío que tuve en algunos momentos del año, y de por sí ya estoy totalmente agradecido. No quiero desesperarme, no quiero hacer huevadas, simplemente quiero ser yo, y tal vez, seguir sonriendo.

Un año totalmente lleno de emociones, un año totalmente lleno de alegrías y de penas, ha sido un año de experiencias, que de por sí, ya me están ayudando y me ayudarán a que el que viene, sea un excelente año, ya que, uno siempre aprende de los errores y de las lecciones que esa prostituta barata llamada Vida te puede enseñar.

Que tengan una feliz navidad, un lindo año nuevo, y sobre todo, un excelente 2012.

Gracias por leer(?).

Monday, July 18, 2011

Bipolaridad (?)

Quiero ser yo, quiero despertarme en las mañanas sin necesidad de pensar en los cuarenta mil problemas que pueden pasar por mi cabeza y automáticamente ponerme de mal humor, que lamentablemente, con el transcurrir del día se potencia. ¿Y cómo se potencia? Es simple, y voy a poner el ejemplo más real y directo insignificante pero cierto del día: caminar.

¿Caminar? Estás loco huevón. Al caminar me doy cuenta de mil cosas, cosas dolorosas, cosas ciertas, pero casi nunca cosas que me hagan sonreír, y me pregunto, siempre me pregunto: ¿Qué está pasando? ¿Por qué recibo permito tanta mala onda en mí? Los titulares en los periódicos: “Arequipeño de 22 años asesina a su mamá con 8 balazos en el pecho.”, “Barrazita admitió que fue infiel.”, “Niña de 3 años muere tras ser violada por su papá.”, bueno, salvo los titulares de que Perú ha entrado a semifinales de la Copa América ocasionando que la prensa nacional piense que ya somos campeones mundiales.

Caminas dos cuadras más dirigiéndote hacia el paradero, y en el camino te encuentras con seiscientas mil (?) caras tristes y un millón (?) de miradas que te dicen “A veces no tengo ni la más mínima idea de por qué me despierto así, perdóname.” Y por más que trate de evitarlo, logran taladrar un poco de mi denso pero débil corazón para llenarlo con una pequeña dosis de odio hacia el día a día.

- -“Paolo, ¿vas a venir a almorzar?”

- -“No, mamá, ya estoy por Miraflores (en verdad estaba en Bembos, a unos 10 minutos de mi casa.)”

Es simple, estoy con una cara tan dura (?) y tensa que no puedo compartirla con mi “familia”. Simplemente no merecen que les contagie tanta mala vibra y más estrés en el almuerzo.

Ahora, ya con una Criolla, papas y gaseosa grandes en mi estómago, hablemos de mi bipolaridad.

¿Bipolaridad? No exactamente, tal vez es tener no sé, una doble personalidad.

Algo que sí puedo admitir es que en este momento vivo encerrado (o dividido) en dos versiones de Paolo. Y espero, por ahora, que no sea algo malo, que simplemente sea algo transitorio para poder por fin, encontrarme, y darme cuenta de qué cosas realmente quiero (y voy a seguir queriendo) en la vida.

Me encuentro encerrado en:

1. El Paolo de 21 años, con todo un mundo por delante y sin necesidad de presionarse en la vida.
2. El Paolo de 21 años que debe comportarse como de 28, para así poder tener cómo moverse en la vida, mantener una calma (¡¿CALMA!?) en el lugar donde vive, y para por fin, sentir que es tomado en cuenta.

Vamos por el número 1.

Tengo 21 años para 22, recién he terminado mi primera carrera (la cual no quise desde el 3er ciclo pero tuve que terminarla para poder cumplir con mis padres ya que así me lo pidieron), estoy especializándome en Dirección de Arte, que de por sí me ayuda (y me va a ayudar) mucho en lo que actualmente ejerzo, la fotografía, mi verdadera pasión, y que bueno, mantiene a mis padres tranquilos por el hecho de que “estoy haciendo algo”, porque sinceramente, ellos aún creen que yo hueveo con mi cámara de un lado a otro.

Es genial poder sentirse de la edad que uno tiene de vez en cuando (la verdad siempre).

¿Por qué?

Porque, carajo, no cumples responsabilidades que son completamente ajenas a ti (y a tu edad), y porque bueno, no estás atrapado entre barreras que te impidan tener cierto tipo de comportamientos. Porque andas tranquilo con tu cabeza, porque no tienes a nadie (en verdad sí, a tus viejos) que te joda por cumplir a fin de mes (por decirlo de alguna manera), porque si quieres chupar, chupas, porque si quieres dormir tarde, lo haces. Ahora, no estoy diciendo que me vaya a meter una chata de Carti un Lunes por la tarde porque mi mami me pegó un grito, no, simplemente hago notar de que la mentalidad que debería tener es distinta. Tampoco ando diciendo que no debería trabajar y ser un maldito vago que se rasca los huevos y luego se huele los dedos el resto del día, digo que, bueno, sería bonito tener las responsabilidades que me conciernen y poder disfrutar de mi plata.


Número 2.

Tengo 21 años para 28 (?), trabajo para poder pagar la mitad de la renta del departamento que tenemos alquilado y algunos productos básicos para la casa, ¡AH!, y también la salud y el cuidado de mis mascotas (que ahora resulta que los dos perros, y la gata, son míos y están bajo mi tutela).

Debo regresar los fines de semana a una hora “aceptable” porque es lo que un padre desea para su hijo (?), debo saber administrar mi dinero para así llegar al fin de mes y tener la capacidad de afrontar gastos completamente ajenos.

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Como ya leyeron (espero que esa acción sea en plural y no en singular), esas son mis dos personalidades. Una responsable y completamente madura, y la otra, bueno, de su edad.

Ahora, aquí viene el cau cau, cuando estoy dentro de una, deseo a la otra (y me refiero a las personalidades, enfermos), y eso, genera un fastidio TREMENDO como el seno derecho de Alan García en mí. No puedo encontrarme en un punto medio, no puedo definir una identidad propia, no puedo cumplir mis verdaderas responsabilidades sin dejar de pensar en las otras.

Mi positivismo se ve completamente mermado por esta situación, lo único que realmente me hace sonreír (la mayor parte del tiempo) es la chica linda que tengo a mi lado, una chica pequeñita y hermosa que con simplemente decir “CACA" y tocarme la mano logra que todo tipo de amargura y sensación de odio hacia mí, se vaya (obviamente nadie es perfecto y, por momentos también me saca de quicio, lo mismo que yo con ella).

Ya llevo en este dilema bastante tiempo, y creo que ya es hora de decidir, a la mierda con lo que piensa el papá, la mamá, la hermana, los dos perros y la gata, lo que decida va a acarrear en mí, y en nadie más.

Deséenme suerte.